Entrada del Instituto

Sólo era una leve tardanza, había días que sí me retrasaba mucho más... cuando se es inmortal las líneas del tiempo se difuminan bastante, pero claro, Nigel y Kambria me obligaban a ir al insituto y a respetar sus horarios.

Llegué en el coche y lo aparqué al lado del de Sébastien, comparado con el resto de los coches de los alumnos del colegio destacaban bastante.

-Buenas- saludé sonriendo, echándome la mochila al hombro.- Siento el retraso.

Cierto, pero era sólo elegir la ropa porque gran parte de mi encanto provenía de mi naturaleza vampírica... es una de las múltiples ventaja de ser yo...

-No mucho, aunque creo que deberíamos empezar a venir los dos juntos en un mismo coche- era demasiado lucirse cada uno con un auto, así no podrían pasar muy desapercibidos, no al menos en el aparcamiento.

-No deslumbres demasiado a los profesores o ya te veo dando tutorías a los alumnos desaventajados- y eso no iba a ayudarnos en nada.
Ignoré a las chicas que suspiraron por mi hermano, era común cruzarnos con al menos un par de docenas al día, pero ignoré aún con más énfasis a los chicos que me miraban a mi. Ingenuos humanos, cuantos años de experiencia les llevaba ya...

-No puede evitarlo- dije sonriendo y agarrando a Agatha. Me la llevé conmigo y dejé juntos a los chicos, igualmente sólo íbamos un metro por delante de ellos y podíamos escuchar perfectamente lo que decían. -¿Nerviosa?- le pregunté a Agatha, ya había perdido la cuenta de cuantas veces habíamos empezado nuevos en un instituto.

-¿Ves?- dije sonriendo cuando el profesor se volteó a causa de la mirada de Agatha- Le intimidamos- sería nuestra belleza natural... o, por mi parte al menos, los ojos negros y brillantes, tenía algo de hambre.


FDR: He de irme.